Hubo una época, allá por los 2000s, en la que los reality shows dominaban la parrilla televisiva. El 23 de abril del año 2000 se estrenó Gran Hermano, un revolucionario formato que cambió para siempre la forma de ver televisión. Se convirtió en el centro de conversaciones y desde el minuto uno tuvo sus propios haters… aunque estos también estaban al día del romance de María José Galera y Jorge Berrocal, del corte de manga de Vanessa o de la amistad de Ismael Beiro e Iván.
Gran Hermano abrió la veda y tras él llegó todo un aluvión de reality shows, cada cual más increíble que el anterior. Algunos rozaron el ridículo (o lo pasaron con creces), otros eran tan inverosímiles que parecía que la trama la había escrito un niño de diez años. En los 2000s nos tragábamos programas de telerrealidad que por suerte nuestra mente ha olvidado… hasta hoy.
Quiero recordarte aquello que formaba parte de tu programación hace veinte años o, si eres más joven, quiero desvelarte aquello que veíamos en aquel momento en el que la tele no atravesó su mejor momento de calidad de contenidos. Eso sí, entretenernos nos entretenía. ¿Y acaso no es este el propósito de la televisión?
Los 10 reality shows de la televisión española que ya casi nadie recuerda
El bus:
Fue el primero en coger el testigo de Gran Hermano, la apuesta de Antena 3 por unirse en la batalla de la telerrealidad. Sin embargo, no tuvo el éxito esperado. Este programa consistía en encerrar a los concursantes en un autobús mientras viajaban por España. Un escenario algo claustrofóbico y una trama que no se estiró tanto como en GH llevaron al programa a su fracaso, que no renovó por una segunda temporada y de cuyos participantes casi nadie podría dar ni un solo nombre.
Hotel Glam:
La casposidad en su máximo exponente. Tengo que reconocer que algún que otro programa vi y de aquí salió la famosa frase de la mochila de Pocholo. La ganadora, Yola Berrocal, convivió con otros personajes del corazón populares en aquella época, como Dinio, Malena Gracia, Yurena (aka Tamara la mala), Aramis Fuster… La mecánica del programa era muy sencilla: un grupo de personajes famosos convivía en un hotel de lujo durante tres meses. Con estos perfiles os podéis imaginar que dieron mucho juego, carne de Crónicas Marcianas, otro de los extintos programas que marcaron la televisión de toda una generación.
La casa de tu vida:
Este fue otro ejemplo de esa famosa frase que indica que debes tener “cuidado con lo que deseas, porque se puede cumplir”. Este programa ponía a trabajar a los concursantes, construyendo una casa y conviviendo con el resto de participantes. Iban en parejas, que podían ser relaciones sentimentales, amigos, familiares, compañeros de trabajo… El premio era ganar una casa de lujo en la ciudad que ellos eligiesen. Ganó la pareja formada por Juanma y David, que se convirtieron en rostros habituales en televisión. Pero las cosas no fueron como esperaban. Esta carismática pareja no pudo hacer frente a los gastos que ocasionaba tener una vivienda valorada en 800.000 euros y esas deudas, unidas a la ruptura que tuvieron poco después, les llevó a vender la casa y acabar como el rosario de la aurora.
El gran polvo:
Es uno de los reality shows más desconocidos y menos vistos, por la limitación geográfica (estaba disponible en televisiones locales) y por su temática. El primer reality porno, en el que los concursantes, quienes se querían dedicar a la industria para adultos, pasaban el día dándose revolcones unos con otros y otros con unos.
El juego de tu vida:
No era un reality show como tal, pero sí que se podría acercar a esta categoría. En un plató de televisión, lleno de público y con sus familiares presentes, los concursantes se enfrentaban a una escalera de preguntas bastante salvajes y locas sobre su vida. El premio, para quien llegara diciendo la verdad hasta el final, sería de 100.000 euros. Se hizo viral (en una época en la que las redes sociales no existían tal y como las conocemos ahora) a causa de preguntas como “¿Te has intentado dar placer sexual con un vegetal?”, “¿Actualmente te gustaría cambiar a tu madre por otra?”
Confianza ciega:
Si la Isla de las Tentaciones hoy en día te parece hardcore, en el año 2002 hubo un formato “similar”, uno de los reality shows que aunque hoy en día nadie recuerda, lo cierto es que marcó las bases de muchos otros programas que vendrían después. Confianza ciega encerraba a cuatro parejas y enviaba a cada miembro a una casa distinta: los chicos por un lado y las chicas por el otro. Convivían con “seductores” y el programa podía manipular los vídeos que sus parejas verían. Quedaba en su mano tener confianza suficiente en su pareja o dejarse llevar por estos posibles montajes.
Estudio de actores:
Inspirado en Operación Triunfo, los concursantes de Estudio de actores no tuvieron tanta suerte y ni mucho menos tanta fama. Hoy en día nadie se acuerda de ellos, al igual que tampoco se acuerdan del formato. Uno de los reality shows que pasaron con más pena que gloria y que fue retirado de la parrilla en apenas dos semanas. Este híbrido entre OT y Un paso adelante encerró a 16 concursantes en una academia en la que recibirían formación en artes escénicas (interpretación, música, danza…).
Casados a primera vista:
Este es uno de los reality shows que llegaron un poquito más tarde, concretamente en el año 2015, y que ya se acercaba más al concepto de dating show, una especie de First Dates en el que los participantes no tenían la opción de tener una cena con su pareja antes de tomar una decisión sobre su relación. Aquí, se conocían directamente en el altar (las bodas se celebraban en México), se iban de luna de miel y después decidían si pedir la anulación o continuar con el matrimonio. Únicamente una pareja decidió seguir casada, pero actualmente ya están separados.
Hijos de papá:
Un grupo de jóvenes que lo han tenido todo en la vida, se enfrentan ahora a unos padres cansados de pagarles todos sus caprichos. Pruebas, convivencia y un mundo nuevo que no se parece a sus vidas habituales. Hijos de papá fue un reality show presentado por Luján Argüelles y con alguna que otra cara que conocemos bien hoy en día, como la influencer Verónica Díaz, que participó en la segunda temporada.
Las joyas de la corona:
Presentado por Jordi González y con Carmen Lomana como directora de la academia, este es uno de los reality shows más curiosos (por llamarlo de alguna manera). Un grupo de jóvenes aprenden a comportarse en sociedad, con clases de protocolo, historia, modales, etc. El objetivo era conseguir que estos participantes aprendieran a desenvolverse en diferentes situaciones, según los códigos de protocolo.
