El covid ha sido un gran varapalo para todas las industrias. Uno de los grandes perjudicados ha sido el sector de la cultura. Y es que actualmente la gente trata de realizar las actividades sociales con más prudencia. El cine es uno de los que ha sufrido más bajada en el número de espectadores. Y es que entre las medidas de distancia social y que la gente prefiere no reunirse en sitios cerrados, las salas de cine están casi vacías. Por lo que cabe preguntarse si la covid 19 supondrá el fin del cine tal y como lo conocemos.
Después de que se ordenase el cierra de las salas de cine por las consecuencias del virus, la vuelta a la nueva normalidad del cine no ha conseguido ser el mismo que el de antes de la pandemia. Muchas películas que apuntaban a ser los estrenos del año se han retrasado. Además, muchos de los rodajes y postproducciones se han detenido. Sin embargo, el mayor varapalo se lo han llevado aquellas cintas que estaban en exhibición.
Cierre de salas y problemas con los rodajes, un golpe para el cine.
Desde bastante antes de la pandemia del coronavirus, la industria del cine está herida de muerte. La llegada de la televisión en los años 40 y 50 fue visto como una amenaza. Luego, en la década de 1980, el auge del mercado de los videos domésticos parecía listo para desplazar el cine. Lo mismo ocurre con la explosión de los servicios de transmisión de video bajo demanda durante la última década.
Sin embargo, el cine siempre ha sabido reinventarse, resistiendo las amenazas que se le han presentado por el camino. El problema, es si sumamos a la inestable industria del cine otro motivo más para no acudir a los cines, como es la inseguridad de los espectadores para asistir a las salas de cine. Y es que la idea de meterse en una sala cerrada con gente desconocida cuando aún no hemos pasado la crisis del coronavirus resulta poco atractiva.
Situación de las salas de cine en la nueva normalidad
Las salas de cine también han sentido una amenaza existencial desde la llegada del cable, el DVD, así como de las actuales plataformas de streaming. Sin embargo, los grandes ingresos en taquilla mantenían la industria estable. De todas formas, con la reducción de la afluencia de espectadores e ingresos en la nueva normalidad, el sector comienza a desfallecer.
Aunque pudiera parecer que las medidas tomadas para contener el virus, como son distanciamiento entre los espectadores, uso de hidrogeles y mascarillas y la desinfección de la sala, estas medidas no han conseguido que el número de espectadores en las salas aumente.
Situación de las producciones, ¿es el fin del cine?
La incertidumbre y la aparición de casos de infectados en los equipos de rodaje hace que la industria del cine se encuentre en una situación de parálisis. Y es que, grabar, distribuir o exhibir películas en salas no es rentable actualmente. Y lo peor, es que no se sabe si lo será en un futuro.
Algunas de las medidas que han tomado algunas productoras y distribuidoras para recuperarse de los estragos del virus han pasado por lanzar la mayoría de producciones directamente a vídeo bajo demanda (VOD) o negociar la venta con plataformas de streaming o negociar la venta con plataformas de streaming.
Con un precio de alquiler que puede rondar los 10 euros en Europa o los 15 dólares en Estados, Unidos, una película necesitaría que de media 10 millones de hogares pagaran por verla para recaudar 100 millones, es decir, el precio estándar mínimo de recaudación de una película de grandes estudios. Por lo tanto, las cifras necesarias son poco esperanzadoras, y más para aquellas películas independientes o producidas fuera de Estados Unidos.
Cine versus plataformas en streaming
Y es que cada vez existe una mayor competencia entre cine y plataformas de streaming. Y esta tendencia se acentúa más por los efectos del coronavirus. De hecho, en los últimos premios Oscars muchas de las producciones nominadas procedían de las plataformas en streaming y parece no será un hecho anecdótico. Poco a poco la industria cinematográfica está aceptando esta nueva forma de consumo bajo demanda. Y es que, gracias a estas plataformas streaming, el futuro de las producciones de cine está garantizado, evitando su fin.
Por lo que las productoras y distribuidoras están apostando por realizar nuevas cintas dirigidas especialmente para las nuevas plataformas digitales. Parece que el cine se orienta hacia un consumo individualizado y flexible que ofrecen las nuevas plataformas. Además de que el avance tecnológico permite a las personas tener una experiencia de audio y de video incluso mejor que ofrecen las salas de cine. La industria del cine lo sabe y no puede perder esta necesidad de reinvención que se ha acentuado con el Covid-19.
¿El fin del cine está cerca?
La tendencia general durante los últimos años de asistencia al cine ha ido descendiendo poco a poco. La gente va a ver menos películas cada año por lo parece que el fin del cine se va acercando poco a poco. La pandemia aceleró lo que era una tendencia natural hacia la visualización en el hogar. En el futuro, del cine dependerá de la demanda del consumidor. La tendencia seguirá a la ocurrida con otros medios de comunicación. Como ocurrió con el libro, y su generación masiva por la imprenta; el video doméstico y la posibilidad de hacer miles de copias y lo que ocurrirá con el cine con la facilidad de verlo en casa con la máxima calidad.
A pesar de las tendencias de consumo actuales, la experiencia cinematográfica no desaparecerá de la noche a la mañana. Incluso podría experimentar un rebote similar al de los vinilos. Y es que hay actividades como ir al teatro, a conciertos o al cine que todavía tienen un valor y ejercen una atracción que no se puede replicar desde nuestra casa con otra tecnología. Y si el cine ya ha sobrevivido a varias crisis, parece que le quedan cinta para rato.