El pasado 12 de febrero se estrenó en Netflix el espectáculo Odio, de Dani Rovira. Un show de humor que ha logrado colocarse en las tendencias en España y que ha hecho correr ríos de tinta. Con este título tan conciso como directo, el cómico malagueño regresa precisamente al lugar que le vio nacer para hablar de vida, de muerte, de sueños, de envidia… Y también de odio.
102 minutos de Odio: Dani Rovira arrasa en Netflix
Dani Rovira consigue que el espectador pase una hora y veintidós minutos pegado al televisor sin recordar mirar el móvil. Y esto es algo que solo los grandes pueden conseguir. Conseguir que el espectador se ría a carcajadas, incluso si se encuentra solo en el salón de su casa, sin el arropo que ofrecen los teatros, es un privilegio solo al alcance de los mejores. Y Dani Rovira, Rovi para quienes le conocemos desde sus inicios, es capaz de eso y de mucho más.
Desde Málaga, con mucho amor y con ningún odio, el monologuista nos ofrece una de sus actuaciones, perfectamente producida por Netflix. Comienza contándonos su último año de vida, un año que, además de estar marcado por la pandemia, también lo ha estado por su enfermedad, de la cual ha logrado sobreponerse.
Odio habla sobre el cambio que necesita el mundo, un mundo en el que debemos amar más y odiar menos. Y lo hace a través de historias en las que toma como protagonistas a los perros, a la ciudad de Madrid e incluso al propio Leo Messi. Y, al final, además de dejar muchas risas en el aire, deja también una reflexión en el espectador.
Dani Rovira lo ha vuelto a hacer. Y, más que eso, ha vuelto a demostrar por qué los grandes como él deberían ser eternos.