Cuando uno se compra un televisor último modelo llega a casa con ansias por encenderlo y quedar deslumbrado por su calidad en todos los aspectos. Sin embargo, la realidad queda bastante alejada. ¿Por qué? Porque es necesario ajustar los valores por defecto de un televisor para poder disfrutarlo como realmente queremos. ¡Te enseñamos cómo hacerlo!
Ajustar los valores por defecto de un televisor
Para poder disfrutar de una calidad superior a la estándar que viene por defecto realizaremos una configuración personalizada de los valores del dispositivo, que nos ofrezca siempre lo mejor según nuestras circunstancias.
Desactivar las opciones de mejora de imagen
Suena contradictorio pero es lo mejor para poder comenzar a configurar el resto de aspectos de la manera más adecuada.
Brillo
Tanto como para el brillo como para lo demás, busca un contenido que sea de una calidad lo más alta posible.
Juega con el brillo hasta conseguir una imagen fiel a la realidad. Este está relacionado con el detalle y los negros en zonas oscuras; tiene que mantenerse el negro pero pudiendo diferenciar los elementos.
Del mismo modo, no lo subas hasta el punto en que las zonas claras se vean demasiado iluminadas, pues a parte de ser irreal, en el contenido de peor calidad los blancos se verán realmente borrosos.
En general, los valores que van del 45 al 60 sobre 100 suelen ser los que mejor funcionan.
Contraste
Elije, en este caso, una escena bien iluminada. Calculando el contraste no se deben perder los detalles en las zonas blancas por saturación. Para acertar sobrepasa ese límite hasta que veas que se pierde detalle y ve bajando progresivamente.
Color
Aunque haya potencia de sobra para mostrar colores espectaculares no te dejes sorprender y busca, como en el resto de casos, la fidelidad a la realidad. Los colores saturados son muy visuales pero terminan por agotar el ojo.
Nitidez
Nada de nitidez al máximo, verás cómo los bordes se “desgranan”. Con un nivel demasiado bajo vemos que aparece el efecto fantasma. Obviamente, ninguno es adecuado.
El detalle es el punto en el que te debes fijar. Como en el resto de casos, ponlo en un punto muy alto y ve bajando para alcanzar el grado adecuado.