Si estás en el mercado en búsqueda de un altavoz, hay varios factores a considerar más allá de la potencia y el tipo de conexión. Otro elemento igualmente importante a tomar en cuenta, es el hecho de sí se trata de un altavoz pasivo o de uno activo, pues eso es algo que influye de manera sustancial sobre las capacidades y precio del mismo. Para ayudar a hacer esa distinción hemos preparado esta nota, en la cual discutiremos las diferencias principales entre Altavoces Pasivos y Altavoces Activos, así como también exploraremos las situaciones en las que conviene optar por un tipo o por el otro.
Antes de entrar en materia, es menester tener una imagen clara en nuestras mentes de cómo funciona un altavoz. En este sentido, un altavoz emplea uno o más motores electromagnéticos (generalmente llamados controladores o drivers) conectados a un cono para transmitir ondas de sonido. Asimismo, los altavoces deben conectarse a una fuente electrónica, la cual envía una señal programada para replicar ondas de sonido específicas. En función de esta señal, el controlador empuja el cono hacia adelante y hacia atrás, lo que hace que las moléculas de aire frente al cono choquen entre sí y se generé un efecto dominó a través del espacio.
Con eso en mente, todos los altavoces ameritan algún tipo de fuente de poder -o amplificador- para enviar energía al controlador, y es aquí donde se origina la distinción entre Altavoces Pasivos y los activos.
¿Cuáles son las diferencias entre altavoces activos y pasivos?
Pues básicamente que los altavoces activos incorporan un amplificador de fábrica, mientras que los altavoces pasivos necesitan de un amplificador externo para poder funcionar. En este sentido, un altavoz activo puede amplificar el sonido por su cuenta, así que todo lo que tenemos que hacer es enchufar el altavoz y listo, mientras que con uno pasivo se requiere de un dispositivo adicional para transmitir esa potencia por separado, llámese amplificador, receptor, tarjeta de sonido o mesa de mezclas.
Cuando usar altavoces activos
Los altavoces activos son percibidos como una solución todo en uno dado que son asequibles, fáciles de configurar y usan menos componentes. Debido a estas razones, son ideales para el usuario promedio, así como también para DJs, organizadores de eventos o personas que necesitan equipo portátil fácil de instalar.
Naturalmente, no requieren de un amplificador externo y su uso es tan sencillo cómo conectar la fuente de sonido a los altavoces. Además, gracias a su funcionamiento ocupan menos espacio y emplean menos cableado, por lo que resultan ideales para lugares donde el espacio es limitado, como un salón de fiestas, la casa de alguien o espectáculos de DJs móviles.
Consideraciones de los altavoces activos
Con todo eso dicho, hay unas cuantas cosas a tomar en cuenta sobre los altavoces activos y es que básicamente están más limitados en términos de tamaño y flexibilidad, pues no pueden actualizarse o mejorarse a medida que cambien tus necesidades de audio. De igual manera, el componente amplificador ocupa espacio dentro de la unidad del altavoz, lo cual a menudo limita el tamaño del controlador que puede instalarse dentro del equipo.
En términos de precio, técnicamente son más costosos que comprar un amplificador, pero dado que no requieren de ningún otro componente para funcionar (más allá de la fuente de audio) resultan más económicos en el gran esquema de las cosas.
Cuando usar altavoces pasivos
Hasta el momento no hemos pintado una buena imagen de los altavoces pasivos, pero la verdad del asunto que ofrecen muchas ventajas en la forma de personalización y posibilidades de mejora, ya que por ejemplo podemos ajustar la configuración a lo largo del tiempo para ajustarse mejor al espacio o añadir sonido envolvente a la mezcla. También cabe mencionar que tienen mayor espacio interno para acomodar controladores más grandes capaces de brindar un sonido de mejor calidad.
Con eso en mente, los altavoces pasivos son idóneos para aplicaciones profesionales que ameritan escalabilidad y flexibilidad, como por ejemplo clubs, discotecas, teatros, auditorios, estadios y recintos grandes que requieren soluciones de audio tuneadas a la medida.
De manera adicional, tienden a ser más económicos que los altavoces activos a primera vista, pero al sumar el costo total del equipo externo necesario para hacerlos funcionar la historia cambia.
Consideraciones de los altavoces pasivos
Como mencionamos con anterioridad, los altavoces pasivos no incluyen amplificación, por lo que requieren de equipo adicional para ser útiles, ya sea en la forma de amplificadores externos o receptores estéreo, cables de altavoces y posiblemente un crossover externo u otro equipo de procesamiento de señales.
Naturalmente, se requiere de conocimientos técnicos para conseguir una configuración óptima de los componentes y solventar las complejidades técnicas inherentes a la instalación. Un problema común es el cableado, pues además de complicar la instalación, éste puede generar interferencias sino se usa cable de grado audiófilo.
Conclusión
Podemos establecer que los altavoces activos cuentan con amplificación integrada, lo cual los hace más prácticos para el uso cotidiano, pues no requieren de componentes externos. Mientras tanto, los altavoces pasivos si requieren de equipo adicional (amplificador, tarjeta de sonido, mesa de mezclas, etc.) para funcionar, pero eso es exactamente lo que les concede su ventaja en términos personalización y escalabilidad.
En cuánto respecta a cuál de estas soluciones te conviene más, pues todo depende de tus necesidades y el uso que tengas en mente, así como también del equipo de audio que tengas a mano; pues si cuentas en tu posesión con un buen amplificador, entonces ya estás a medio camino de un equipo de sonido completo, y en ese caso fácilmente podemos recomendar altavoces pasivos. Por otro lado, si no cuentas ni con lo uno ni con lo otro, pues sale más práctico adquirir altavoces activos.
No obstante, la finalidad que le vayas a dar a tu equipo de audio siempre será la prioridad a la hora de decantarse por una solución u otra, y como regla general, los ingenieros de audio profesionales y audiófilos optarán por altavoces pasivos para crear la configuración de audio que mejor se adapte a las necesidades de un proyecto dado, mientras que el usuario promedio que solo desea disfrutar de un equipo de sonido en casa puede optar tranquilamente por altavoces activos.