La noticia, que ya dio la vuelta al mundo en mayo, vuelve para preocuparnos. Y es que la multiplicación de los dispositivos Android infectados con malware se vuelve preocupante tanto por cantidad como por tipo de software maligno y el hecho de que estos vengan de serie. Veamos cuál es la situación actual y cómo puede afectar esto a nuestro televisor y, por ende, a nuestra seguridad.
Dispositivos Android infectados con malware en 2023
La situación que voy a desarrollar se encuentra en su punto álgido, bastante preocupante ya y, en apariencia, sin retorno a un momento seguro.
Human Security es una empresa de seguridad cibernética que se ha estado encargando de investigar el evento, que parece ser que es mucho más grave de lo que vemos de lo que se nos ha contado.
El cálculo realizado ofrece como resultado una estimación de 20 millones de dispositivos con SO Android infectados con malware.
Estaríamos hablando de aparatos construidos en China que vienen con el malware de fábrica, entendemos que de manera premeditada, claro. Se le ha denominado Badbox.
Eso sí, hay que distinguir que no hablamos de Android TV como tal, el de Google, sino de versiones Open Source que se modifican.
Uno de los modelos más famosos de smartbox está infectado con malware de fábrica
Algunos modelos que se han reconocido como portadores totales (todos los ejemplares cuentan con el malware) son T95, T95Z, T95MAX, MXQ Pro 5G, Q9, X88, J5-W o X12PLUS. En efecto, algunos de ellos son muy pero que muy conocidos y están muy bien valorados, siendo mucha más rápida su dispersión en todo el planeta. Y esto no es nada, todo indica que se han lanzado más de 200 modelos en estas condiciones maliciosas.
Desde la empresa nos dicen que cuando enchufas uno de estos aparatos infectados, va a un comando y control en China, se descargan instrucciones y comienzan a realizarse acciones.
Por supuesto, utilizando cualquiera de estos aparatos estamos dejando la puerta abierta al robo y uso de nuestra información e incluso al control remoto de nuestros dispositivos ejecutando código a miles de kilómetros.
Vía: Human Security