Las pantallas no son perfectas. A pesar de que las encontramos en infinidad de dispositivos que nos rodean (desde móviles, televisores, ordenadores, tablets, MP3, cámaras de fotos incluso electrodomésticos, entre muchos otros), estas pueden darnos algún que otro quebradero de cabeza si no nos dan la calidad que esperábamos, si sus colores no son del todo fieles o si los ángulos de visión son demasiado reducidos. Además, también hay ciertos problemas técnicos que pueden afectarles, como por ejemplo el efecto del que te vamos a hablar hoy. Conocido como efecto burn-in, seguro que te suena de haber sido noticia por sí mismo en dispositivos como el Google Pixel 2 XL.
Pero, ¿qué es el efecto burn-in?
El efecto burn-in se trata de una decoloración de una zona de la pantalla, que suele darse especialmente en pantallas OLED en mayor proporción. Este “efecto quemado” hace que el contenido estático que tenemos habitualmente en pantalla continúe reflejándose, por decirlo de algún modo, incluso cuando ya lo hemos quitado, provocando una especie de mancha o zona con un color inapropiado.
¿Cómo afecta a nuestra Smart TV? Podemos comprobar si existe efecto quemado o efecto burn-in si, tras exponer una imagen estática durante un tiempo prolongado, la quitamos y nos damos cuenta que el color en esta zona no es igual de uniforme que en el resto de la pantalla.
¿Cómo podemos evitar el efecto burn-in?
Desafortunadamente, si tu televisor sufre efecto burn-in poco podrás hacer para evitarlo. En cualquier caso, intenta que no haya imágenes estáticas por un tiempo prolongado mostrándose en pantalla y trata de identificar los ángulos en los que se aprecia menos esta zona quemada de la pantalla para tratar de visualizarla desde aquí.
En este sentido, los televisores Samsung QLED han obtenido una certificación que garantiza que están libres de este efecto quemado.
Vía | Samsung