Las marcas tecnológicas más importantes del mercado han comenzado el desarrollo de sus modelos de televisión 8K. La innovación sigue su curso y son muchas las personas que se plantean adquirir uno de estos aparatos. ¿Es un buen momento para comprar una? Hoy daremos respuesta a esta pregunta.
Este tipo de televisores están aún muy verdes. Por este motivo es necesario dar a conocer todo el proceso de desarrollo que se está llevando a cabo. Ya hablamos sobre la diferencia del 8K Ready y 8K Real, o como algunas empresas vendían una imagen irreal de sus productos. En este artículo hablaremos sobre la rentabilidad de estas televisiones de última generación. Para ello analizaremos cuáles son sus prestaciones, su precio y las posibilidades que pueden ofrecer.
¿Qué tiene de especial una televisión 8K?
Una televisión 8K usa la máxima resolución existente dentro del estándar de Ultra Alta Definición o UHDTV. La resolución atiende al número de píxeles horizontales que tiene una pantalla. En el caso del 8K la resolución es de 7680×4320 píxeles en una escala de 16:9. Esto significa que cuadruplica la resolución utilizada por las televisiones de alta definición (HD), más simples del mercado que son de 1080 píxeles verticales y horizontales.
La primera vez que se habló de este tipo de resolución fue en el año 2009. La empresa tecnológica japonesa JVC desarrolla un chip para poder proyectar en 8K. El país nipón es el mayor impulsor de esta tecnología y en 2013 vuelven a dar que hablar anunciando que los Juegos Olímpicos de Japón 2020 serían retransmitidos en 8K. Hoy sabemos que eso no será posible, debido a la epidemia global del Covid 19. Pero el año que viene sabremos si ese objetivo marcado se hará realidad. Lo cierto es que la televisión en 8K está poco extendida. No se sabe hasta que punto es rentable su emisión, pero tampoco su compra, y al final es como un pescado que se muerde la cola.
LG presentó la Oled TV 8K, la primera televisón de la marca de esta resolución.
¿Es rentable emitir en 8K?
Como respuesta corta, podemos decir que no. Pero hay que conocer cuáles son los motivos que frenan la emisión de contenidos en esta resolución. En concreto vamos a hablar de dos aspectos: uno es la inversión en ancho de banda, y la otra es el coste de grabar contenidos en 8K.
Cada país cuenta con un ancho de banda de emisión, y este es el número de datos representados en Bits que se pueden mover por una red. Si todas las cadenas comenzaran a emitir contenidos en 8K, algo imposible a decir verdad, la inversión para aumentar este ancho de banda sería muy alto. No es rentable, ya que no es algo necesario. Nadie lo pide, nadie lo emite y nadie lo reproduce.
Solo Youtube emite algunos contenidos en 8K. Suelen ser pequeños documentales naturalistas que ensalzan mucho los matices de esta tecnología. Pero lo cierto es que las cadenas de televisión convencional no pueden realizar estas emisiones. Además, los servicios de televisión a la carta como Netflix han tardado en poder adoptar el 4K, por lo que no parece posible que den este salto.
¿Cómo van a emitir si no existen metrajes en esta resolución? La tecnología capaz de grabar y procesar las imágenes en la opción más alta de UHD es muy cara. Además, los expertos en la imagen han detectado que las imágenes en resoluciones muy altas son difíciles de difícil visualización. Parece mentira, pero la inversión que tienen que hacer para corregir imperfecciones en la piel de los actores es más alta de lo normal por la calidad de las cámaras.
¿Es rentable comprar una televisión 8K?
Pues de nuevo, debemos decir no. Vamos a tratar de desgranar cuáles son los problemas que tiene esta tecnología para entrar en nuestras casas y cambiar cómo estamos acostumbrados a ver la televisión. No es solo que algunos expertos teoricen con la idea de que el ser humano no diferencia entre el 4K y el 8K, sino que existen más frenos.
El primer gran problema es que apenas existen contenidos en 8K. Como ya hemos comentado, solo YouTube emite pequeños vídeos en esta resolución, pero son pequeños documentales y realmente no suponen una gran rentabilidad. Además, no se ve la luz al final del túnel, ya que las empresas no ven rentable la grabación y posterior emisión con esta tecnología.
Otro aspecto importante, y doloroso para nuestro bolsillo, es el precio. Samsung acaba de anunciar la comercialización de los primeros televisores 8K que llegan a España con precios que rondan los 4000 y 5000 euros. No cabe duda que esta inversión no merece realmente la pena, las televisiones 4K y Smart TV están a la orden del día con precios muy asequibles. Esta tecnología es de una calidad muy alta, y es ahora cuando se está empezando a emitir en dicha resolución. No es que las desarrolladoras quieran ir un paso por delante, es que quieren que nos lancemos a una piscina vacía con la esperanza de que en el futuro habrá agua.
Los precios de las televisiones 8K son por lo general muy elevados
Finalmente, el último problema que queremos destacar es el logístico. Está demostrado que para disfrutar de una televisión en 8K, es necesario que la pantalla se encuentre a una distancia considerable. No todas las casas están adaptadas para este tipo de televisores y por lo tanto, comprarla no sería del todo inteligente.
Conclusiones
Si no es rentable emitir en 8K, ¿cómo va a ser rentable comprar una televisión de estas características? Por el momento, realizar esta inversión sería una mala opción. Es posible que aquellas personas que quieran darse el capricho se sorprendan con el aumento de calidad, pero ciertamente no está tan alejado de resoluciones más bajas. Además, llegará un momento en el que no encontrarán contenidos con el que disfrutar al máximo de su televisor.
Las televisiones 8K son excesivamente caras, tienen problemas logísticos y de contenidos. Esto quiere decir que, no solo no hacen más que aparatos de gamas inferiores, sino que pueden tener peores resultados. Por este motivo debemos advertir de que este no es un buen momento para adquirir una televisión 8K. En un futuro, este tipo de televisiones pulirán estos matices y serán un bien muy preciado. El momento exacto no se puede definir, pero al paso al que avanza la tecnología, no se debe descartar que pronto estemos disfrutando al 100% de la resolución más alta que existe.