En Giztele hemos hablado bastante sobre el trabajo de los fabricantes en el campo de las pantallas flexibles. Pero, ¿realmente las necesitamos? Como usuarios, no siempre encontramos una relación directa entre “modas” y necesidades, aunque las marcas y fabricantes se empeñan en tratar de despertar el deseo en nosotros. Sin embargo nos atrevemos a sacar la bola de cristal y a predecir que, si hablamos de pantallas flexibles, no se va a cumplir esta máxima.
Las pantallas flexibles nos llaman bastante la atención, pero además hay una serie de motivos que las hacen irresistibles.
¿Por qué nos van a gustar las pantallas flexibles?
El primer motivo y probablemente el más importante, es que podremos cortar la pantalla al tamaño deseado y con la forma que queramos sin que esto perjudique el campo de visión. ¿Para qué querríamos hacer esto? Te ponemos un ejemplo sencillo: imagina que tienes una pantalla de estas en el respaldo del asiento del coche para entretener a los niños. Cambias de coche y quizás ya no quede igual de bien la pantalla. Recorta un poco lo que sobre y de nuevo podrás reutilizarla.
Otra razón por las que nos parecen realmente prácticas estas pantallas flexibles se debe a su facilidad de transporte. Al no tratarse de un panel rígido, podremos llevarla de un lado a otro ocupando menos espacio y adaptándose a él.
Dicen que estas pantallas flexibles podrían llegar al gran público en apenas un par de años. Sea como sea, está claro que es una tecnología que vamos a poder utilizar en nuestro día a día y que va a dejar de ser un tema de ciencia ficción para formar parte de nuestra vida cotidiana. Dentro de unos años, pensaremos cómo hemos podido vivir sin ellas. No digas que no te avisamos.